Foto: Elena Rosa. Diario Lanza |
Digno homenaje a Cervantes
El conocido actor, director y productor teatral Alvar Vielsa no quiso quedarse al margen de la celebración del Año Cervantino y apostó por dar vida a un personaje popular del universo quijotesco, secundario pero necesario para equilibrar una pretendida novela caballeresca, en realidad llena de antihéroes.
Julia Yébenes.
Ciudad Real
Cardenio es uno de ellos, pero con un final feliz tras pasar un gran duelo de desamor. La composición es totalmente barroca, con dos parejas, una principal y otra secundaria, y dos relaciones cruzadas en las que el caballero indecente, inmoral y gran tirano de mujeres se resarce a través de los sentimientos verdaderos.
‘El loco de amor.-Historia de Cardenio-’ es el título del espectáculo que Vielsa estrenó este viernes en el Teatro Quijano con una clara influencia cinematográfica a partir de un texto que ha adaptado el propio director, original de William Shakespeare, inspirado, a su vez, en uno de los cuadros más apasionados del Quijote, como es la historia de Cardenio, Luscinda, Fernando y Dorotea.
Vielsa construye la función sobre un escenario de claro sabor español, con media docena de sillas sobre varias alturas que dejan la parte central libre para acoger las escenas por las que discurre una acción actoral que cuenta con un continuo apoyo visual, con una gran pantalla en la que se proyectan imágenes de todo tipo, a veces de la cultura clásica, a veces de territorios y fortalezas de situación, y otras con composiciones creativas para resaltar las huellas del dolor, la decepción y el ultraje. Y cómo no, para contraponer el poder de la maldad con la euforia y la felicidad finales, con una lluvia de pétalos cuando “las tempestades se han apaciguado”.
En todo el libreto, están presente las claves dramáticas del XVII, el amor incondicional, la deshonra -“mi herencia es la desesperación”, dice la bella Dorotea-, la traición de amigo y amada, y, en este caso, la aprensión de un irresolutivo Cardenio que flaquea al intentar recuperar a su prometida cuando se casa con el calavera Fernando.
“No sentir celos es carecer de amor”, se lamenta la chica en el altar. En definitiva, el mal contra el bien, apuntalado éste con una dosis de abnegación cristiana.
Expresiva música
La música es otro de los recursos en los que confía Vielsa con varias interpretaciones en directo, la guitarra española como ambientación escenográfica y algunos desgarradores temas para envolver las secuencias más tristes como ‘La Llorona’ de Chavela Vargas o la alegría hecha carne con ‘Dale a la caza alcance’, sobre un poema de San Juan de la Cruz que en su día interpretó Estrella Morente.
También las composiciones coreográficas están presentes para protagonizar cuadros escénicos y para cerrar el montaje en un alarde actoral que solventa un equipo interpretativo que se presenta con una imagen clásica pero poco recargada para mejorar los movimientos.
Precisamente, el trabajo actoral (con coreografías incluidas) está encabezado por Juande López (Don Fernando), de gran soltura y que se atreve hasta con la interpretación musical; Áurea López (Dorotea), con tensión dramática y sensualidad; Javier Hernán, que porta elegancia y textualidad; Montse Lara, sensible y profesional, y Cari Muñoz, frente al resto de personajes que pespuntan la obra.
En definitiva, otro trabajo del joven creador ciudarrealeño que suma a su inmersión en el cine y a su trabajo dramático en otros proyectos provinciales.