En El Retrato De Dorian Gray, Oscar Wilde firma una novela filosófica que tiene como objeto la comprensión de la belleza, de las alturas estéticas que proporciona y de la ciénaga disoluta a que a veces encamina. En ella, el protagonista, un joven de la alta sociedad, tiene que elegir entre la amistad de un artista fascinado por su excelso atractivo y la de un aristócrata obsesionado por corromperlo. Elige al segundo, que le garantiza dinero y placeres sin fin. Y Dorian Gray arrincona en un desván el cuadro en el que Basilio Hallward había reflejado toda su belleza. Pero pronto descubre que la imagen suya en el cuadro comienza a envejecer y a mostrar las marcas provocadas por su vida disoluta, mientras que él mismo permanece joven, hermoso, atractivo, dueño de una juventud eterna, único valor que se desprende de las enseñanzas de Lord Wotton. Dorian Gray se convierte en un ser sin escrúpulos, capaz de todas las traiciones y de todos los crímenes.
